La modelo Nieves Álvarez abría este futurista desfile; más oscuro que en anteriores ocasiones y protagonizado por el azul; enfundada en un vestido con un original juegue de pliegues. El diseñador, que ya había tenido como musa a Fan Bingbing, ha escogido a la española para abrir y cerrar el desfile. Nieves ya quedó como la mejor vestida de los Goya con un diseño suyo, así que no me extraña que la haya escogido a ella. El desfile es igual de impresionante que la primera entrada.
Rolland presentaba enormes y majestuosas capas que destacaban de los sencillos vestidos columna. Ya fuesen planas o con un interior en un distinto relieve con paillettes y un distinto color, ambas eran igual de impresionantes. Con la misma majestuosidad se presentaba el impresionante cuello del vestido en distintos colores anteponiéndose a la gravedad.
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No tengo una palabra segura con la definirlas, pero las llamaré aplicaciones, que sin duda me parecen absolutamente preciosas y maravillosas, en especial las que se encuentran sobre estas líneas, en las mangas del mono, cuyo azul me parece muy bonito.
Nos volvemos a encontrar con las aplicaciones en tejidos más ligeros y vaporosos. Faldas transparentes y de nuevo capas majestuosas, que se acaban por fusionar con el vestido protagonizaban las siguientes entradas.
La calma antes de la tempestad la ponían vestidos como estos, que aparecieron al final del desfile, con grandes y originales pliegues, paillettes y transparencias, pero aún faltaba ella por aparecer.
Nieves cerraba el desfile vestida novia, pero sinceramente, creo que ante esta imagen, sobran las palabras.
¿Os ha gustado tanto como a mi?
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