Dejamos por un breve momento la alfombra roja actual para de nuevo y tras un largo parón, volver a rescatar un look del pasado con otro Throwback Thursday.
Esta vez he optado por recurrir a mi querida Marion Cotillard, la cual cada vez me falla más con las creaciones de Dior que escoge para pisar la alfombra roja. Y por eso he retrocedido hasta la noche de los Oscar 2008, uno de los últimos momentos en los que la actriz aún no tenía el contrato con Dior que la ha mantenido atada a la firma durante seis largos años. Además de la noche en la que ganó su Oscar por su brillante interpretación de Édith Piaf en "La Vie en Rose".
Para la gran ocasión, Marion apostó por la Alta Costura, pero no por la que John Galliano diseñara en su momento para Dior, sino para otro clásico rebelde de la Alta Costura francesa: Jean Paul Gaultier.
El diseño en cuestión era la fusión de dos piezas pertenecientes a la colección Spring 2008 Couture del diseñador construidos a base de escamas blancas, conviertiendo a la actriz francesa en una espectacular y radiante sirena moderna.
A mi personalmente es un vestido que siempre me ha encantado, porque lo considero de una belleza atemporal pero al mismo tiempo innovador. Lo que está claro es que el estilo de Gaultier estaba presente en todo el vestido.
Me gusta como aportó el glamour y el toque sexy que este vestido necesitaba con una melena suelta en unas ondas perfectas, ya que con un recogido el look no habría funcionado tan bien.
El maquillaje era de nuevo perfecto, como cabía de esperar.
Y en el apartado de las joyas, nos encontramos con alguna que otra pieza realmente impresionante, sobre todo el collar (que es el que está a la derecha). Un detalle que en la imagen general se pierde, pero que al detalle deja sin respiración porque la pieza de Chopard que escogió Marion costaba 2.6 millones de dólares, ya que era un diamante de 170 kilates.
También firmaba el anillo, que es precioso y supongo que aunque no igual de caro que el collar, costaba lo suyo. El clutch de Swarovski era una opción sencilla, pero perfecta, porque no necesitaba nada que aportara ningún tipo de contraste.
Y por supuesto, no puedo despedirme sin dejar de poner la imagen de la radiante actriz con su Oscar a la Mejor Actriz.
Una imagen que francamente espero volver a ver algún día.
Imágenes: Google Images, Just Jared y Style.com
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