Anoche, Taylor Swift cosechó más premios que posiblemente no se merezca rodeada de su séquito de modelos y actrices, presentó un nuevo vídeo e hizo las paces con Nicki Minaj por meterse donde no la llamaban. Hasta aquí, nada nuevo, pero por una vez la cantante volvió a demostrar que a veces es capaz de tomar riesgos, y aunque me hubiera gustado verla en algo diferente, aprecio mucho ese toque diferente que tiene este conjunto. Además del hecho de que no se ha pasado con las transparencias.
La tendencia de los cropped tops por mi podía haberse acabado hace muchísimo tiempo, porque además esta inspiración deportiva no me termina de gustar ni de funcionar. Pero por otro lado, el estampado pata de gallo y el degradado en colores me parece absolutamente preciosos, aunque me hubiera gustado que Ashish los utilizara de una manera diferente que con este conjunto.
Pero en cualquier caso, no puedo decir que el look me disguste porque aunque la actitud de la cantante está obviamente demasiado forzada (se debió de creer que era su personaje de "Bad Blood") lo saca adelante y resulta de lo más original que vimos durante la noche. Aunque pensándolo mejor, debería decir de lo poco original que vimos durante la noche.
El protagonismo del maquillaje radicaba en una mirada muy marcada que se aleja de la imagen dulce habitual, y la verdad es que no puedo decir que no le favorezca, porque aunque no le pega, está muy guapa. Para terminar, una discreta elección de joyas y los "Pumpstagram" de Christian Louboutin que son inesperados y confusos, pero estoy tan harto de las sandalias minimalistas que voy a optar por decir que me gustan.
Imágenes: Zimbio
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