Paz Vega se ha pasado más tiempo paseándose por las alfombras rojas de las fiestas celebradas durante el Festival de Cine de Venecia, que en las propias alfombras del Festival. Y esto no lo digo porque no me caiga bien, es que es un hecho. Algo que parece demostrar mi teoría de que, en realidad, no tiene ni idea de cine y prefiere resultar mediática, lo cual, si lo pensáis, justifica su carrera durante los últimos veinte años.
Por eso mismo me choca que, para su última aparición, haya reservado este vestido que de sobrio, termina por resultar totalmente olvidable. Y eso me lleva a formular dos teorías: Que no tuviera nada más decente que ponerse, o que decidiera mostrarse en su faceta más sobria para tratar de proyectar una imagen mucho más, de algún modo, "profesional" para encajar con el jurado. Como si la hubieran llamado para eso.
En cualquier caso y aunque me parece que su vestido no era para esta alfombra roja, me encanta que su elección venga de la colección Fall 2015 Couture de Ulyana Seregeenko. Obviamente, me gustaría que hubiera escogido algo más interesante, pero que le vamos a hacer.
La reinvención del tuxedo, aún y todo, me parece realmente elegante, tampoco voy a mentir. Los drapeados dibujan la silueta de manera brillante,mientras que la media manga le aporta mucha frescura, manteniendo una femineidad que, por otro lado, también posee mucha presencia
Ella aportó un agradecido toque de frescura adicional a un look que podía haber sido mucho más aburrido, en parte gracias a su look de belleza, y sobre todo gracias a la luz que aporta su gargantilla de Pasquale Bruni, que hace que la imagen en medio plano sea preciosa.
Los zapatos son criminales, pero tampoco creo que una sandalia hubiera encajado mejor, así que podemos decir que simplemente, es una mal menor.
Imágenes: Zimbio y Vogue.com
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