Quinto y último Christian Dior Couture de la noche. El único que no ha salido de pasarela y que ha conseguido mantener un imagen distintiva. Lo cual, por increíble que parezca, es una novedad viniendo de un diseño custom-made de la casa francesa. Y eso me alivia y preocupa al mismo tiempo.
La siempre maravillosa Diane Kruger era la encargada de lucirlo, una mujer que consigue sacar brillo de todo lo que se ponga por sencillo que sea. Algo que, sorprendentemente, no hizo falta en esta ocasión como sí le ha pasado a Charlize Theron y su cuestionable Dior.
Y es que lo que también supone una novedad es que, a pesar de que Dior ha sido mucho de lo mismo durante estos últimos días (eso sí, aportando un algo especial que casi siempre lo hacía interesante), creo que esta es una de esas piezas tan espectaculares que probablemente no hubiera necesitado a Diane para crear una imagen tan memorable.
Aunque ya que estamos, por supuesto, la combinación de ambos es maravillosa.
El look parece sacado directamente del archivo de la firma, mostrando una magia y una delicadeza digna de una princesa. Pero no una princesa como Elle Fanning, sino que este vestido poseía una dulzura pasada por un filtro de madurez que lo hacía perfecto para Diane Kruger.
El gris perla lo hacía menos vivo, pero también lo hacía único.
No soy el mayor fan de la combinación de dos collares, uno (o directamente los dos) tenía que haberse quedado en el hotel, pero el resultado es justo lo que esperaba de Diane: pura magia.
Imágenes: Zimbio y Vogue.com
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